- ¡Afuera, Pucho! – exclama mamá Betty, empujándolo con la escoba.
Con la cola entre las patas, el cachorro se aleja de la cocina y del rico olorcito a milanesas.
- ¡Perro pulguiento, no te acerques al bebé! – grita la abuela Nora, cuando lo ve espiar a la cosa rosada y gritona que ahora recibe todos los mimos.
- ¡Má, Pucho me rompió las medias! – chilla Germán, sacándole la pelota con la que estuvo jugando. Bueno, él creyó que era pelota, ¿por qué hacer tanto escándalo? Cualquiera se confunde ¿verdad? – piensa Pucho, cada vez más infeliz. Ya nadie lo quiere, por lo visto. Ni siquiera Marcia, ¡que quién sabe dónde estará ahora!
Y es lógico. Después de todo, él nunca será tan grande, tan fuerte o tan inteligente como los perros de la tele. Esos que saltan precipicios, atraviesan llamaradas o nadan en ríos revueltos para salvar a cualquiera que esté en peligro. ¡Y sin que les tiemblen ni un poquito las patas!
En cambio, a él ¡lo asustan tantas cosas! Y saber… solo sabe ladrar, mover la cola... y dar unos lengüetazos tibios y mojados. Nada tan importante como lo que hacen esos perros de película. ¿Cómo alguien va a quererlo, entonces?
Más triste que un globo pinchado, se esconde debajo de la cama.
No saldrá nunca más.
Total, ¿a quién le importa?
Lloriquea bajito, no sea que lo reten por despertar al bebé. Aburrido y triste, se duerme. Así, por lo menos, puede soñar cosas lindas.
- ¡Puchi ¿dónde estás, hermoso?!
La voz llena la pieza de luz y lo despierta. Sale de su escondite, todavía con la cola entre las patas. ¿Lo están llamando, o es un sueño? Pero no, ¡es cierto! Marcia le da un abrazo tibiecito, y pone la cara pecosa junto a su cabeza pelidura
- ¡Qué ganas tenía de verte! ¡Te extrañé mucho en la escuela ¿sabés?!
Y rascándole las orejas, le cuenta su primer día de clases.
Aunque no entienda demasiado, el cachorro se da cuenta de que no necesita ser un héroe.
Que basta con ser Pucho para que Marcia lo quiera un montón.
Texto: © Olga Appiani de Linares (Argentina)
Ilustración: Liliana Ham (Argentina)
5 comentarios:
No es un héroe, es un un perro imprescindible!!
Qué tierno. Mi perrito Byron nunca será un heroe, lo recogimos de la perrera, le habían pegado y es muy, muy miedoso pero siempre que estás triste viene a ponerte el morro en el regazo. No es un heroe, pero como para Marcia, para mí es mucho más.
Tienes un blog precioso, enhorabuena por él.
Un saludo.
Gracias Ali!
Gracias Matilda!
Bienvenidas!
Que tierno relato y bien acompañado por las ilustraciones
felicitaciones a las autoras
beti
Lili que tiernas estas ilustraciones. Hermosas acuarelas!
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