Una lechuza con insomnio vive,
en un árbol frente a mi casa.
Ululando la noche pasa
con su cara pensativa,
buscando respuestas no respondidas
a preguntas inservibles.
Quise desafiarla una noche
que no me podía dormir.
Y como no me quería aburrir,
le hice una pregunta complicada,
que la muy sabía entusiasmada
respondió sin reproche.
Tengo todas las respuestas que quieras,
dijo muy segura el ave,
y no hay manera de que me ganes
en una batalla de conocimiento,
soy inteligente de nacimiento,
y no me dormiré cuando pierdas.
No duermo porque aprendo
leo y leo para ser más sabia
y por perder que no te de rabia,
dijo muy presumida la lechuza,
que parecía vencer esta escaramuza
mientras yo me acostaba sufriendo.
Entonces una pregunta se me ocurrió:
Doña lechuza dígame si sabe
¿Por qué un elefante no cabe
acurrucado dentro de una nuez?
Estuvo largo rato pensando como juez,
pero el ave por vencida se dio.
Yo muy feliz por la victoria
le dije la complicada respuesta,
y haciendo de eso una fiesta
le dije que la había vencido.
Ella dijo que nunca había perdido,
y escapó volando sin la gloria.
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