-¿Qué fue de aquel caballito
al que trajo la corriente?
-Se enamoró de repente
de una nereida engreída.
Meciéndose conversaban
las vecinas en el pueblo,
al que quitaban el sueño
con los chimentos del mar.
-Después le dio por nadar
y buscar a la que amaba
que entonces ya se encontraba
en un carruaje real.
Disgustada lo miró
con desdén por la ventana,
sin pena por la lejana
historia de amor fugaz.
-¿Ya no te acordás de mí?
Vine a verte, te extrañaba.
En cardumen recordaba
solo tu imagen pasar.
Tantos collares de perlas,
esmeraldas y topacios
que encontré en viejos naufragios
en noches de soledad.
-Creo que seré Duquesa,
o tal vez Emperatriz.
Solo esto me hace feliz.
¡Nunca vi. tanta riqueza!
Bueno, me voy pero espero
que no cambies de opinión,
porque no habrá otra ocasión
en que volvamos a vernos.
Triste, triste decepción
me dieron estos parajes.
Mujer rodeada de pajes
que olvidó su condición.
Hipocampo atormentado
huye de corazón helado.
Húmeda casa lo espera
tras el timón de madera.
Por un tiempo los rumores
de nereida y sus fulgores
surcaron playas gigantes
con cuentos amenazantes.
Hoy son solo una leyenda,
nadie sabe si pasó.
Fiel hipocampo recuerda
porque el mar ya la olvidó.
Poesía : Cecilia Maurig
Ilustraciones : Sandy Glu
2 comentarios:
Siguen aportando bellezas...¡Gracias!!
Me gusta este blog, y por eso ahora mismo ya está entre mis "Blogs encantados"... Estoy aquí, por si te interesa,
http://contomundi.blosgpot.com
Un saludo desde A Coruña, Galicia, España...
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